Reseña por: Mónika Vega
En el ensayo La Linea Inteligente , Pérez comenta y critica la falta de importancia que le dan al dibujo a mano alzada o la representación que no sea técnica en la disciplina de la arquitectura cuando él estudió. En la actualidad, se podría decir que esto ha mejorado, pero esto varía por profesor y estudiante. Por ejemplo, en primer año en la Escuela de arquitectura de la UPR, donde se le enseña al estudiante a trabajar a mano para familiarizarse con el trabajo, el enfoque está en la parte técnica. No vemos que se propicie mucho el arte visual, sino que todo es técnico. Y claro, esto tiene sentido porque todo es un proceso, pero en los próximos años de la carrera, no todos los estudiantes pasan por la experiencia de realmente aprender a comunicar sus ideas fuera de lo que es “protocolo” o lo normal en la escuela. Todo varía, sea por el profesor, o el mismo estudiante que decide quedarse en su zona de confort en relación a análisis y diagramas que expliquen su proyecto. Y con esto no digo que no se ha visto en la escuela, pero digo que no es mandatorio.
Volviendo a la experiencia de Pérez, él comunica que los softwares eran vistos como algo aberrante, eran muy mal vistos ya que pensaban que el ordenador hacía el trabajo y no el estudiante. Pero en la actualidad, hemos visto que la tecnología y los “softwares” han sido de gran utilidad tanto para los profesionales, como los estudiantes. Se han implementado las tecnologías al proceso de enseñanza. Y por tecnologías, entiéndase tanto el dibujo virtual como los conocimientos acerca de la sostenibilidad, cosa que Pérez comenta que no hablaban en sus tiempos. Además menciona que sentía que no había una real conexión entre cliente y arquitecto. Como estudiante, no puedo opinar acerca de la dinámica entre un cliente y el arquitecto, pero sí opino que esta profesión va en camino a una comunicación muy efectiva entre cliente y arquitecto con el avance de los artefactos electrónicos, y por consecuente, la representación gráfica y accesible para los clientes (estamos claros en que el cliente por mas que vea los planos no podrá captar perfectamente el concepto, espacio, la visión del proyecto).
Y como muy bien menciona el autor en su ensayo, la inteligencia es la capacidad de adaptarse al entorno, y la línea hoy en día está empezando a comunicar mejor el proyecto, adaptándose a lo virtual y que el mismo sea entendido por todos, aun sin dejar atrás la parte técnica y el “trial and error” que la tecnología jamás podrá evitar, ya que eso es parte de ser sensible con los espacios que están siendo creados.
El dibujo es la profecía del futuro, la ciencia y arte de construirlo. También el arte de que sea entendido. Pero claro, para que sea entendido, no a todos les basta con solo el dibujo. El autor nos habla de Gaudi y sus obras, y como el estaba en el proyecto, vivió el proyecto para comunicar exactamente lo que pensaba. Esto es algo que pienso que no se puede perder, la parte personal de los proyectos, vivir el proyecto en vez de que sea algo automatizado, algo que con los avances quizás “pierde” importancia.
El autor finalmente expresa que la línea y el ordenador se complementan en el dibujo para una transmisión de información eficaz. Lo planteado se convierte en dato (claro, si no hay que retroceder en el proyecto), y no en solo una idea entendida por el artista, o el arquitecto.
ensayo original: https://static1.squarespace.com/static/5226a5cde4b06fd4c22f8960/t/571527d1f8baf391f7008e5f/1461004261668/ignasi_rev.pdf
reseña para la clase de diseño elemental, por Javier Isado ARQU3134
pagina web con contenido del curso: ea-stand.com
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